jueves, 16 de septiembre de 2010

Entrar en la clase temblando...

Eso es lo que me parece que haré mañana, entrar en la clase temblando, ya lo noto, ya siento esa tensión en los hombros, ese malhumor sin razón visible... Tengo miedo, lo reconozco, y supongo que eso es bueno, porque al reconocerlo doy el primer paso para poder controlarlo. Qué recuerdos... que poco me gusta la idea de entrar en las Carmelitas de nuevo, (si fuera como seño no me molestaría tanto :p ) pero teniendo en cuenta mi última experiencia preparándome allí... bueno, se supone que más vale malo conocido... tengo miedo, eso sí que lo sé, pero espero estar a la altura.

Me aferro a que al reescribir lo que estudié el año pasado me sale todo casi de corrido, así que eso, unido a que llevo ya leído y más que leído lo que trataremos en la clase de mañana, me veo con fuerzas para hacerlo bien este año, pero necesitaré mi espacio, y eso es tan difícil de conseguir ahora mismo en mi casa... Ayer mismo cuando llegué de celebrar el cumple de una amiga (día de piscina, nada más loco de la cuenta), ya habían pasado dos de mis hermanas a preguntar que dónde estaba yo y que por qué no estaba estudiando... así no, así no podré hacerlo seguro. Son suficientes las dudas que le vienen sobre sí misma ya a una que empieza de nuevo a preparar oposiciones, como para que antes de empezar ya venga su entorno a ponerla en entredicho. Supongo que me toca afrontar que esto es para mí y que soy yo quien tiene que poner las cartas sobre la mesa, es decir, me toca convocar mesa redonda para que no se metan más de la cuenta, y simplemente me apoyen ciegamente que es lo único que me hace falta de ellos.

Este es mi año.

Ah¡¡ Capi¡¡¡ No podía ser otra quien escribiera el primer comentario en este blog de desahogo, me harás falta seguro, ten en cuenta que me cuesta la misma vida pedir ayuda ok?? estate atenta¡¡

miles de besos

Este es mi año.

1 comentario:

  1. Necesitas apoyo, pero no presión, eso está claro. Me parece estupenda la idea de que hables con las personas que están a tu alrededor, te comprenderán a la primera.
    Habrá momentos en los que debas desconectar, incluso en el comienzo serán numerosos, porque ese miedo que sientes necesita su vía de escape... no debes sentirte mal por ello, es una pequeña parada para tomar fuerzas, en vez de atrasar, adelantas... aquí te dejo un pequeño cuento que me ayudó mucho...
    Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que un leñador se decidió a hacer buen papel.
    El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona.El hombre entusiasmado salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
    — Te felicito – dijo el capataz — sigue así.
    Animado por las palabras del capataz, un leñador se decidió a mejorar su propio record; así que esa noche se acostó bien temprano. Por la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince árboles.
    — Me debo haber cansado – pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.
    Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de cortar su segundo árbol.
    Inquieto por lo que pensaría del capataz, un leñador se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó:
    — ¿cuanto hace que no afilas tu hacha?— ¿afilar? No he tenido tiempo de afilarla, he estado muy ocupado cortando árboles.

    Cómo te fue el jueves' te han mandado ya casos prácticos' la primera en exponer debes ser tú¡¡¡

    Un besoooteee

    ¡ESTE ES TU AÑO¡

    PILI

    ResponderEliminar