domingo, 12 de septiembre de 2010

Hoy he empezado...

Sí, así es, he vuelto de ver torear a mi amigo en la Maestranza, y me he dado cuenta de lo mucho que hay que esforzarse para lograr lo que la vocación nos hace desear. Mi sueño es ser maestra de un curso completo, de un aula completa, de unos niños y niñas que me ayuden a aprender de ellos y me enseñen a enseñar, deseo con todas mis fuerzas conseguirlo, y, así como mi amigo pone su vida en juego delante de un toro por conseguir su sueño, yo tengo la necesidad de poner la mía delante de todo por lograr el mío.

Sé que no será fácil, este camino lo he recorrido ya dos veces, aunque no siempre he llegado a terminar la distancia fijada desde el principio, y sé lo que cuesta, conozco los cambios que los nervios, la tensión y el encierre producen en mí, y esta vez en lugar de lamentarme voy a disfrutar de ello. Disfrutaré de mis cambios de humor siempre a peor agradeciendo a los que me aguantan que me quieran incluso en esos momentos, agradeceré los encierros (con el trabajo que me cuestan) dándome cuenta y valorando lo que eso significa: el desarrollo de mi madurez y el saber poner cada cosa en su lugar según la prioridad. Estoy segura de que incluso valoraré los días en que no cumpla con mis horarios porque alguien me necesite, o porque decida divertirme para despejarme, porque así sabré que sigo viva, y que no es un cambio, sino una transición.

Escribo desde hoy este blog porque sé que me ayudará a darme cuenta del desarrollo de este camino, que espero sea como un paseo, del que, aunque produzca cansancio y otros sentimientos poco agradables, se disfruta y no da lugar a arrepentimiento alguno.

1 comentario:

  1. Mucho ánimo... el camino que empiezas hoy no es fácil, su dureza se debe a la longitud del mismo, pero estoy segura que tú puedes. Llegará el día en que tengas unos alumnos deseando que llegue su seño a las 9 de la mañana. Seguiré tu blog por si necesitas una mano en algún tropiezo. un abrazo fuerte capi¡¡
    Pili

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